El Tratado de Utrecht de 1713, tras la Guerra de Sucesión, dejó la isla en manos de los ing
leses. Un siglo más tarde, un nuevo tratado, el de Amiens de 1802, devolvió definitivamente a España la soberanía de Menorca. Ya en 1541 se pensó en levantar, en la península de la Mola, en el lado este de la bahía de Mahón, una fortaleza, pero al final, el que sería Castillo de San Felipe, se construyó en la otra orilla por su fácil comunicación. La ocupación de Argelia por parte de Francia hizo necesaria una mayor fortificación del puerto y se diseñó el nuevo fuerte en la península de la Mola, al otro lado del castillo de San Felipe. En 1848 el General Ramón Zarco del Valle, ordenó la urgente construcción de una batería de campaña en la Mola. Posteriormente, se encargó en 1850 al Coronel de Ingenieros Celestino del Piélago, un proyecto de fortificación permanente. La fortaleza recibió el nombre de la Reina Isabel II y se inauguró en 1852, aunque fueron necesarias nuevas obras para convertir la Mola en una fortaleza de primer orden. Una vez terminada la ampliación inicial, que incluía la excavación de fosos y la construcción de nuevos edificios en los acuartelamientos, la Mola recibió la visita de Isabel II. A lo largo del siglo XIX continuaron las obras, adaptándola a los diferentes artillados. De gran importancia resultó la apertura del canal de San Jorge o de Alfonso XII en mayo de 1900. Durante el siglo XX se empleó como prisión. A partir de 1970, cuando cesó su función carcelaria, la fortaleza se utilizó como Cuartel de una Unidad logística del Ejército y como polvorín.
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