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domingo, 2 de septiembre de 2012

MIRADOR EN EL CAÑON DEL RIO EBRO

Un espectacular cañón calizo que en algunos puntos alcanza más de 250 metros de profundidad.
No es el Gran Cañón del Colorado, pero lo parece. El río Ebro ha tallado a su paso por el noroeste de Burgos un espectacular cañón calizo que en algunos puntos alcanza más de 250 metros de profundidad. El relieve y la diversidad biológica y botánica del interior de este desfiladero han configurado un singular paisaje que es una verdadera tentación para los amantes del senderismo.



Pocos lugares igualan en belleza e interés ecológico al Gran Cañón del Ebro burgalés. La profunda garganta encierra en su interior un verdadero paraíso botánico. La diversidad de especies es consecuencia de la ubicación del Cañón en una zona de transición entre las regiones biogeográficas atlántica y mediterránea. Mientras que encinas, quejigos, arces, enebros, hayas, tejos, acebos y madroños cubren las empinadas laderas de la garganta; alisos, sauces, chopos y tilos forman el alargado bosque de galería que acompaña el discurrir del río.



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