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lunes, 12 de noviembre de 2012

Fortificaciones en la cala Galdana ( Menorca ) islas baleares

En el año 2009, cuando las “vacas empezaban a ser flacas”, se decía que las instituciones de Menorca prevían recuperar las trincheras y los bunkers de la Guerra Civil de 1936-1939Y es que es un patrimonio arquitectónico y paisajístico que no debería abandonarse más de lo que ya está. Porque el plan organizativo de defensa militar de las costas de Menorca (sobre todo las occidentales) en 1936, no por obvio y lógico deja de ser altamente meritorio. Y en gran parte se debió a las disposiciones del teniente coronel del arma de Artillería, José Brandaris de la Cuesta (JBC), llegado a la isla poco después de los hechos revolucionarios del verano de 1936. Fortificacion nido de ametralladora en la cala Galdana ( Menorca ) islas Baleares Con JBC se retomó y se desplegó el orden legislativo republicano, y se frenó cualquier aventura e intentos de justicia social revolucionaria (p.e. el despliegue del repartimiento de tierras -entonces todavía en una especie de enfiteusis medieval- entre el campesinado, y la colectivización de las industrias). De hecho, el teniente coronel Brandaris de la Cuesta (que había nacido en Puerto Rico), tuvo en Menorca las funciones de delegado del Gobierno de la República Española hasta febrero del 1939 en que pasó a Cataluña. Por sus méritos organizativos de la defensa de Menorca y en los trabajos de su fortificación (sobre todo, en la disposición y aprovisionamiento de las baterías de costa, así como en la construcción de refugios antiaéreos para los civiles), el 14 de noviembre de 1936 ascendió a coronel, y el 11 de Diciembre de 1938 ascendió a general. Participó luego en la defensa (más bien retirada organizada) de Cataluña por parte del Ejército del Este republicano, de manera que el 24 de enero de 1939 sustituyó al general Riquelme como comandante en jefe de la zona interior de Cataluña. El 28 de febrero, pasó la frontera y se exilió en Francia. Sin embargo, conviene saber -de la mano de historiadores como Antoni Pons Melià, Deseado Mercadal, y Andreu Murillo- que se puede afirmar con verosimilitud que en 1937 el Estado Mayor (EM) en Madrid del Ejército de la República (el coronel-general Vicente Rojo, en particular, y consecuentemente “a sus órdenes” el teniente coronel Brandaris), no estimaban para Menorca más que en un 40% el máximo de soldados leales a la II República Española de entre la guarnición defensiva de la isla de 3.000 hombres; y que de entre una población de unos 45.000 habitantes isleños, no pasaría del 20 % los dispuestos a defender la isla -decidida y republicanamente- de una invasión militar franquista. Fortin en cala Galdana ( Menorca ) con troneras para fusiles

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