El Castillo de La Mota se encuentra ubicado en la villa de Medina del Campo, (Valladolid, España). Situado en una elevación del terreno —mota—, domina la villa y toda su extensa comarca. De él arrancaba un recinto amurallado, ampliado en tres ocasiones, que abrazaba la población, y del cual subsisten algunos restos. Se edificó con el característico ladrillo rojizo propio de la zona, empleándose la piedra únicamente para pequeños detalles, como troneras, escudos, etc. Fue declarado Bien de Interés Cultural (B.I.C.) el 8 de noviembre de 1904
La villa debió de ser repoblada entre los años 1070 y 1080, fortificándose primeramente el recinto de la villa vieja, conocido como La Mota. Con el crecimiento de la ciudad, el recinto de La Mota quedó convertido en una fortaleza independiente de la propia villa. Así, en 1354 Enrique de Trastamara y sus partidarios combatieron la villa, “e entráronla por fuerza. E estaban en Medina seiscientos de caballo que el rey don Pedro enviara allí, e acogiéronse a la villa vieja, e pleytearon que los pusiesen en salvo”. En 1390 Juan I dona la villa a su hijo el infante Fernando de Antequera, futuro rey de Aragón. De esta forma, a su muerte en 1416, Medina y su Mota pasan a poder del infante de Aragón, Juan. Éste debió de hacer alguna obra en el viejo recinto, por la que en 1433 condenaba a ciertos vecinos a pagar dos mil maravedís “para la obra de nuestro alcazar e fortaleza que nos mandamos facer en la Mota”. Los enfrentamientos entre Juan II de Castilla y los Infantes de Aragón propiciaron que la villa estuviera en ocasiones dividida entre uno y otro bando, dominando los aragoneses la Mota y el rey el palacio de la plaza. En 1439 el infante de Aragón había mandado “cerrar todos los portillos y poner guardas a las puertas y en la villa”, encerrando al rey en ella. En 1441 era, sin embargo, el rey de Castilla el que dominaba la villa y cercaba La Mota, donde se habían refugiado los partidarios de Aragón con “250 hombres, sin víveres y muy poca agua y de malos pozos”, llegando a un acuerdo para rendirla cuando el rey la “comenzaba a minar”.
Después de la batalla de Olmedo de 1445, La Mota quedó definitivamente en manos reales y hacia 1460 ordenó Enrique IV la construcción de “una torre que luego fue la causa de multitud de desgracias”. En 1464 entrega la tenencia de La Mota al arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, que poco después le traiciona y apoya al rebelde príncipe Alfonso. El rey fue entonces sobre Medina “y llego antes de que amaneciese, donde Alonso de Vivero, que era alcaide della y tenía la Mota, que es la fortaleza, por el arzobispo de Toledo no le quiso recibir y el rey mando quedar gente de guarda sobre ella que la cercasen y por capitán (puso) a su contador mayor Pedrarias Dávila”, que la tomó. En 1467 La Mota estaba otra vez en manos de los partidarios del príncipe don Alfonso, apoyando la villa a Enrique IV, pero finalmente toda la villa cayó en manos del príncipe. Muerto éste en 1468, la rebelión la encabeza su hermana la princesa Isabel, que ese mismo año firma con el rey el acuerdo de los Toros de Guisando. En él se estipula que Isabel reciba la “villa de medina del campo e alcazar e fortalezas della e con la torre de la mota”. Sin embargo, en 1470 el rey le quita Medina a su hermana Isabel para dársela a su hija, la princesa Juana. La Mota quedó entonces en manos de un partidario del rey, el arzobispo de Sevilla, Alonso Fonseca, hasta su muerte en 1473.
Posteriormente, el castillo se convirtió en prisión de Estado y en él estuvieron detenidos distintos personajes, tales como Hernando Pizarro, Rodrigo Calderón, el Duque Fernando de Calabria, César Borgia o el conde Aranda. Quizá el hecho más destacado sea la huida de César Borgia, el llamado Duque Valentino, intrigante personaje de la agitada vida política del final de la Edad Media y comienzos del Renacimiento, y a quien el Gran Capitán hizo prisionero en Nápoles, enviándole primero al castillo de Chinchilla, en la provincia de Albacete, de donde intentó escapar mediante una estratagema, no sin antes querer arrojar por las almenas a su alcaide y guardián, Gabriel de Guzmán, quien se libró de muerte segura gracias a su agilidad y fortaleza. Tras el fallido golpe, el Rey Católico ordenó su traslado al castillo de La Mota, custodiado esta vez por el alcaide Gabriel de Tapia. Pasado un tiempo de rigurosa prisión, aunque propia de un personaje de su alcurnia, máquina una nueva fuga con la complicidad exterior del Conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel, enemigo del Rey Católico, y las ayudas interiores del capellán y algunos criados. La noche del 25 de octubre de 1506 se descolgó mediante sogas de la Torre del Homenaje. La soga no alcanzaba al suelo, de forma que el último tramo hubo que salvarlo saltando. En unión del Conde de Benavente, llegaron en secreto a Villalón, donde se ocultó unos días (se ofrecían diez mil ducados por su captura). Luego pasaron a Santander para eludir el cerco que el Rey Católico había dispuesto para su captura, y desde allí se trasladó a Navarra, cuyo rey Juan III de Albret era hermano de su esposa francesa Carlota.
Después de la Guerra Civil Española el General Franco le entrego el castillo como sede central a la Seccion Femenina del partido FET de las JONS.
Muy buen video y muy documentado también, enhorabuena Ramón. Un saludo desde tierras del Sur.
ResponderEliminarMuchas gracias ,un saludo para ti tambien desde el norte
EliminarEs evidente que tus aportes estan llenos de patrimonio, cultura y un arte excepcional, tanto en videos como en imagenes.Yo de "mayor" quiero ser como tu de grande.
ResponderEliminarGracias por el piropo amigo Eduardo ,me gusta grabar lo que veo y almacenarlo ,y si lo puede ver la gente que este interesada en estos temas mejor que mejor ,saludos
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