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miércoles, 29 de agosto de 2012

PIRAMIDE DE MUSSOLINI EN EL PUERTO DEL ESCUDO ( BURGOS )

PIRAMIDE DE MUSSOLINI EN EL PUERTO DEL ESCUDO BURGOS
Lo habitual es que, en España, no haya pirámides. No como las que se levantan en Egipto. Y si existen es debido a un dislate espacio-temporal o, aún peor, a una jugarreta de la Historia. En el puerto del Escudo, que separa la provincia de Cantabria de la de Burgos, encontramos uno de estos poliedros. Se ubica en un descampado, sutilmente rodeado por pinos y circundado por alambre de espino. Varios carteles recuerdan que se trata de un coto privado de caza, por lo que el paso está, en un principio, prohibido. No es necesario acercarse al pie de la pirámide para admirar su singularidad, sus dimensiones -unos 20 metros de altura- y preguntarse qué demonios hace un monumento así en un lugar como ese o cuál es el significado de la gigantesca letra M que preside el conjunto.
La respuesta la encontrarán aquellos que se acerquen hasta la estructura y accedan al interior. La imagen es sobrecogedora: ante los ojos del visitante se desplegaran 360 nichos -todos vacíos- pertenecientes a otros tantos soldados italianos que, en el verano de 1937, ayudaron a las tropas nacionales de Franco en lo que debía ser la toma de Santander. En el sótano hay otras 12 tumbas, más espaciosas, pertenecientes a los oficiales que también fenecieron en la batalla que tuvo lugar en estos mismos terrenos del puerto del Escudo. Conocido esto, el significado de la citada M de la pirámide queda al descubierto: es la M de Mussolini.



Algunas fotos de la piramide







Los ex-combatientes volvieron a tropezar en L'Escudu

Más de cuatro décadas después de la Guerra, en mayo de 1971, una expedición de ex-combatientes italianos se dirigía de Madrid a Sanander. A la altura de la Puente Zorrilla, relataba el ABC, “parece que al conductor no le respondieron los frenos” y “cayó por un desnivel de 20 metros, quedando colgado, sin llegar a caer en su mortal recorrido al río Zorrilla”. En su descenso, el autobús dio varias vueltas de campana, quedando tumbado del lado izquierdo. En el Valle de Luena aún se recuerdan los hechos, con la creencia colectiva de que los ex-combatientes se habían asomado todos a un costado del autobús buscando la pirámide o algún suceso de la guerra, lo que favoreció que el transporte entornara, provocando el fallecimiento de 11 personas, mientras 23 resultaron heridas, 10 de ellas de gravedad.

Los huesos del mausoleo del Escudo Fueron llevados al cementerio italiano en Zaragoza. La intervención de Mussolini en España tuvo un alto precio en vidas humanas. Los muertos italianos pronto se convirtieron en mártires, trofeos de la causa fascista. Sus lugares de reposo fueron, muy pronto, convertidos en 'ambientes de memoria' y presencia fascista en España. Las ceremonias funerarias y los homenajes de agradecimiento por su contribución a la causa de los rebeldes fueron auténticos esfuerzos para mantener viva una memoria de los vencedores, una historia y un recuerdo que era la que le interesaba perdurar y mantener al régimen franquista. Fueron unos espacios en los que se intentó, a través de monumentos, capillas votivas, epitafios, pinturas, cipos, cruces y símbolos fascistas, perpetuar un recuerdo selectivo, el de los vencedores sobre los vencidos, para intentar que nunca cayera en el olvido. El Monumento a los Italianos del puerto de El Escudo, un ejemplo auténticamente paradigmático, se mantiene aún en pie con una 'M' monumental de Mussolini: «¡Creer! ¡Obedecer! ¡Combatir!».

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