El longueirón es un marisco muy parecido a la navaja, aunque su forma es menos curvada que la de aquélla. De color blanco cremoso por fuera y por dentro, el longueirón se distingue de la navaja porque tiene una fina veta diagonal que separa la concha en dos zonas diferenciadas por el color.
Vive en fondos de arena y es una especie que se encuentra con facilidad en las rías gallegas. Tal es su abundancia que realmente hay más existencias de este marisco que de la navaja en sí. Los platos que se pueden degustar en Galicia de este sabroso animal son variados, y van desde la ensalada fresquita a la que se añaden rodajas de longueirón. También es habitual servirla rebozada, cortada en trazos gruesos a modo de bocaditos de pescado, y acompañado de mayonesa y ensalada. Y como no, servida en salsa o frita, en filetes. Pero sobre todo, es muy importante limpiarle bien la arena que le queda, debido precisamente al lugar donde habita. No obstante, los buenos amantes del marisco dirán siempre que lo ideal es comerlo crudo para paladear bien su sabor o en último caso un poco asado. Aún así, nos arriesgaremos con una receta clásica: El longueirón en salsa. Ingredientes: Longueirones, aceite, cebolla, pimiento verde, ajo, sofrito de tomate, caldo de carne, vino blanco, pimentón picante y sal. Preparación: Se despojan los longueirones de sus conchas, lavándolos bien en agua salada para que suelten la arena. Preferiblemente, se abren en crudo para que no pierdan su sabor, así que olvidad lo de hervirlos. En una olla honda, sin tapar, se hace un sofrito con la cebolla picada en cantidad abundante, el pimiento verde y unos dientes de ajo. Una vez que todo esté un poco tierno, se pondrá el pimentón picante, añadiendo el sofrito de tomate. Se incorporarán a continuación los longueirones, despojados de las valvas, dejando que hiervan un rato y vayan soltando por sí mismos el agua que va a servir de salsa. Se agrega un poco de harina, cuando esté ya guisado el longueirón. Si se prefiere hacerlo antes, se procurará no echarla con exceso para que no agarre. Se vierten el caldo preparado con una pastilla y el vino blanco, se sazona al gusto, se tapa la olla y se deja cocer unos veinte minutos. Una vez destapada la olla, de estar los muergos muy caldosos, se agregará un poco de harina, previamente rehogada, y si están a gusto, se dejan que den un último hervor para que la salsa se trabe Es tradicional, el primer domingo de agosto, celebrar en Finisterre la fiesta del longueirón donde este preciado molusco, que se coge principalmente en las playas de Langosteira, es degustado, cada año, por miles de personas. Así que ya sabéis, si andáis por Santiago, A Coruña o por las rías gallegas, tirad para Finisterre y disfrutad...
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jueves, 30 de agosto de 2012
Carabela portuguesa medusa muy peligrosa ,dangerous or deadly jellyfish
Con apariencia de medusa, la carabela es en realidad un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia. Se trata de una agrupación de hidroides que se dividen el trabajo: el neumatóforo (parte que flota o vela), los gastrozoides (digestión), dactilozoides (detección y captura de presas, y defensa) y los gonozoides (se ocupan de la reproducción).3
Está compuesta por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 cm4 que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros,5 aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.6
Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteínica que paraliza a la presa.
Los tentáculos tienen por objeto envolver a las presas e introducirlas en la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión.
Está compuesta por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 cm4 que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros,5 aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.6
Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteínica que paraliza a la presa.
Los tentáculos tienen por objeto envolver a las presas e introducirlas en la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión.
miércoles, 29 de agosto de 2012
PIRAMIDE DE MUSSOLINI EN EL PUERTO DEL ESCUDO ( BURGOS )
PIRAMIDE DE MUSSOLINI EN EL PUERTO DEL ESCUDO BURGOS
Lo habitual es que, en España, no haya pirámides. No como las que se levantan en Egipto. Y si existen es debido a un dislate espacio-temporal o, aún peor, a una jugarreta de la Historia. En el puerto del Escudo, que separa la provincia de Cantabria de la de Burgos, encontramos uno de estos poliedros. Se ubica en un descampado, sutilmente rodeado por pinos y circundado por alambre de espino. Varios carteles recuerdan que se trata de un coto privado de caza, por lo que el paso está, en un principio, prohibido. No es necesario acercarse al pie de la pirámide para admirar su singularidad, sus dimensiones -unos 20 metros de altura- y preguntarse qué demonios hace un monumento así en un lugar como ese o cuál es el significado de la gigantesca letra M que preside el conjunto.
La respuesta la encontrarán aquellos que se acerquen hasta la estructura y accedan al interior. La imagen es sobrecogedora: ante los ojos del visitante se desplegaran 360 nichos -todos vacíos- pertenecientes a otros tantos soldados italianos que, en el verano de 1937, ayudaron a las tropas nacionales de Franco en lo que debía ser la toma de Santander. En el sótano hay otras 12 tumbas, más espaciosas, pertenecientes a los oficiales que también fenecieron en la batalla que tuvo lugar en estos mismos terrenos del puerto del Escudo. Conocido esto, el significado de la citada M de la pirámide queda al descubierto: es la M de Mussolini.
Algunas fotos de la piramide
Los ex-combatientes volvieron a tropezar en L'Escudu
Más de cuatro décadas después de la Guerra, en mayo de 1971, una expedición de ex-combatientes italianos se dirigía de Madrid a Sanander. A la altura de la Puente Zorrilla, relataba el ABC, “parece que al conductor no le respondieron los frenos” y “cayó por un desnivel de 20 metros, quedando colgado, sin llegar a caer en su mortal recorrido al río Zorrilla”. En su descenso, el autobús dio varias vueltas de campana, quedando tumbado del lado izquierdo. En el Valle de Luena aún se recuerdan los hechos, con la creencia colectiva de que los ex-combatientes se habían asomado todos a un costado del autobús buscando la pirámide o algún suceso de la guerra, lo que favoreció que el transporte entornara, provocando el fallecimiento de 11 personas, mientras 23 resultaron heridas, 10 de ellas de gravedad.
Los huesos del mausoleo del Escudo Fueron llevados al cementerio italiano en Zaragoza. La intervención de Mussolini en España tuvo un alto precio en vidas humanas. Los muertos italianos pronto se convirtieron en mártires, trofeos de la causa fascista. Sus lugares de reposo fueron, muy pronto, convertidos en 'ambientes de memoria' y presencia fascista en España. Las ceremonias funerarias y los homenajes de agradecimiento por su contribución a la causa de los rebeldes fueron auténticos esfuerzos para mantener viva una memoria de los vencedores, una historia y un recuerdo que era la que le interesaba perdurar y mantener al régimen franquista. Fueron unos espacios en los que se intentó, a través de monumentos, capillas votivas, epitafios, pinturas, cipos, cruces y símbolos fascistas, perpetuar un recuerdo selectivo, el de los vencedores sobre los vencidos, para intentar que nunca cayera en el olvido. El Monumento a los Italianos del puerto de El Escudo, un ejemplo auténticamente paradigmático, se mantiene aún en pie con una 'M' monumental de Mussolini: «¡Creer! ¡Obedecer! ¡Combatir!».
Lo habitual es que, en España, no haya pirámides. No como las que se levantan en Egipto. Y si existen es debido a un dislate espacio-temporal o, aún peor, a una jugarreta de la Historia. En el puerto del Escudo, que separa la provincia de Cantabria de la de Burgos, encontramos uno de estos poliedros. Se ubica en un descampado, sutilmente rodeado por pinos y circundado por alambre de espino. Varios carteles recuerdan que se trata de un coto privado de caza, por lo que el paso está, en un principio, prohibido. No es necesario acercarse al pie de la pirámide para admirar su singularidad, sus dimensiones -unos 20 metros de altura- y preguntarse qué demonios hace un monumento así en un lugar como ese o cuál es el significado de la gigantesca letra M que preside el conjunto.
La respuesta la encontrarán aquellos que se acerquen hasta la estructura y accedan al interior. La imagen es sobrecogedora: ante los ojos del visitante se desplegaran 360 nichos -todos vacíos- pertenecientes a otros tantos soldados italianos que, en el verano de 1937, ayudaron a las tropas nacionales de Franco en lo que debía ser la toma de Santander. En el sótano hay otras 12 tumbas, más espaciosas, pertenecientes a los oficiales que también fenecieron en la batalla que tuvo lugar en estos mismos terrenos del puerto del Escudo. Conocido esto, el significado de la citada M de la pirámide queda al descubierto: es la M de Mussolini.
Algunas fotos de la piramide
Los ex-combatientes volvieron a tropezar en L'Escudu
Más de cuatro décadas después de la Guerra, en mayo de 1971, una expedición de ex-combatientes italianos se dirigía de Madrid a Sanander. A la altura de la Puente Zorrilla, relataba el ABC, “parece que al conductor no le respondieron los frenos” y “cayó por un desnivel de 20 metros, quedando colgado, sin llegar a caer en su mortal recorrido al río Zorrilla”. En su descenso, el autobús dio varias vueltas de campana, quedando tumbado del lado izquierdo. En el Valle de Luena aún se recuerdan los hechos, con la creencia colectiva de que los ex-combatientes se habían asomado todos a un costado del autobús buscando la pirámide o algún suceso de la guerra, lo que favoreció que el transporte entornara, provocando el fallecimiento de 11 personas, mientras 23 resultaron heridas, 10 de ellas de gravedad.
Los huesos del mausoleo del Escudo Fueron llevados al cementerio italiano en Zaragoza. La intervención de Mussolini en España tuvo un alto precio en vidas humanas. Los muertos italianos pronto se convirtieron en mártires, trofeos de la causa fascista. Sus lugares de reposo fueron, muy pronto, convertidos en 'ambientes de memoria' y presencia fascista en España. Las ceremonias funerarias y los homenajes de agradecimiento por su contribución a la causa de los rebeldes fueron auténticos esfuerzos para mantener viva una memoria de los vencedores, una historia y un recuerdo que era la que le interesaba perdurar y mantener al régimen franquista. Fueron unos espacios en los que se intentó, a través de monumentos, capillas votivas, epitafios, pinturas, cipos, cruces y símbolos fascistas, perpetuar un recuerdo selectivo, el de los vencedores sobre los vencidos, para intentar que nunca cayera en el olvido. El Monumento a los Italianos del puerto de El Escudo, un ejemplo auténticamente paradigmático, se mantiene aún en pie con una 'M' monumental de Mussolini: «¡Creer! ¡Obedecer! ¡Combatir!».
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